El palmito, margalló, en catalán, es la única palmera autóctona europea. Vive en toda la costa mediterránea, desde Girona hasta Huelva; también en las Baleares y en la costa italiana. Su "apellido" humilis obedece a que es una planta pequeña: apenas llega a los 2 ó 3 metros de altura.
El palmito se utiliza también en jardinería. El anterior ejemplar está en una esquina como otra cualquiera de Barcelona, en la Avenida de Roma con Llançà. Es una foto tomada al atardecer. El de la foto siguiente está en el jardín de Villa Amelia; en un día brumoso.
Las hojas, en forma de abanico tienen unos 15 segmentos con puntas rígidas, de unos 20 ó 25, ó más, centímetros, que convergen en el peciolo:
El apellido "humilis" no hace justicia a la gran belleza del colorido de las flores y frutos del margalló: estas son sus flores
Las vemos más de cerca aqui a la izquierda: sorprendentemente, suelen pasarnos desapercibidas a los ciudadanos de la costa mediterránea
Los frutos, en drupa, empiezan siendo verdes...
Al madurar toman el precioso color de los dátiles. De hecho, se les llama también dátiles aunque, si bien son comestibles, resultan muy insulsos; en catalán se les llama, a veces, "pa de guineu", "pan de zorro".
Luego, se pasan de madurez y cobran un color más oscuro y menos atractivo.
Como sabréis, Gaudi, el genial arquitecto de la Sagrada Familia, se inspiraba para sus obras en la naturaleza. No solo para los grandes edificios sino también para los pequeños detalles.
Por ejemplo, se inspiró en las hojas del sencillo palmito, como la que vemos a la derecha, para diseñar portales, verjas y elementos decotarivos para jardines...
Este es uno de esos diseños gaudinianos
Y abajo vemos su aplicación a la verja de la casa "XXXXX", una de sus primeras obras...
Esta es una de les elementos de separación instalados en el jardín de la casa en que residió durante varios años, en el Parque Güell.
Acabamos con la fotografía de un muy viejo palmito, situado en la plaza Letamendi de Barcelona y nacido aproximadamente en 1904. Se le ve muy "trabajado" por la vida...
Espectacular la explicación, yo conocí los Palmitos en Misiones cerca de las Cataratas del Iguazú... lo triste es que para quitar el palmito hay que matar el árbol, por ello son tan ricos y caros...un abrazo
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