Árboles con alma


Mi abuelo, ilustre abogado y popular poeta costumbrista altoaragonés, publicó en 1935 una poesía en homenaje a los árboles dedicada a los niños. Se trataba de un poema sencillo, pedagógico, amable: a continuación transcribo la primera estrofa:

"La cuna en que nuestra madre / nos mece en la edad primera, / la lumbre de los hogares / de las risueñas aldeas, / el techo que nos cobija, / los muebles que nos rodean, / las flores que nos perfuman, / los frutos que nos sustentan, / los libros en que estudiamos / y el arca en que nos entierran; / son producto de los árboles / que véis crecer por doquiera" ...

Pues bien, el objeto de este blog es unirme a ese homenaje y dar a conocer los árboles ya que no con versos míos, con fotografías mías... Y con poemas acerca de los árboles de autores consagrados. Por cierto, el resto de la poesía de mi abuelo podéis leerlo en la entrada "Los árboles" de este blog.

jueves, 28 de mayo de 2015

Limonero. Llimoner. (Citrus limon)

"Mi infancia -dice Antonio Machado- son recuerdos de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura el limonero"... Nuestro limonero no ha madurado en Sevilla sino en un jardín-huerto de Premià en el Maresme; pero tiene toda la luminosidad y la belleza de los limoneros andaluces.


También este otro limonero es entrañable: es uno de esos frutales sencillos plantados en los mínimos huertecillos urbanos del barrio de Horta, en Barcelona


Los limoneros son árboles de hoja perenne, pequeños: apenas alcanzan los 5 ó 6 metros. Son longevos; viven hasta unos 70 años. Árboles de origen asiático, desconocidos por Grecia y Roma, fueron traídos a España, y desde España a toda la Europa mediterránea, por los árabes, tras su invasión de la Península.


Son árboles con abundante ramas y copa redondeada. El de la anterior fotografía es un gran limonero, alto y denso. Está situado en el jardín interior de la antigua fabrica Philips, de Barcelona. Se trata de un jardín creado por iniciativa de la paisajista holandesa Van der Harst, esposa del director de la fábrica, para descanso de los trabajadores. Ella aportó ejemplares exóticos adquiridos es sus viajes por todo el mundo. Actualmente el jardín, ya municipal, se denomina "Jardín de los Derechos Humanos"





Los troncos de los limoneros están muy ramificados; tienen un aspecto "bronco". No son muy gruesos. La corteza, más bien lisa, es de color gris amarronado







Las ramas presentan espinas de hasta 2,5 centímetros de longitud, espinas gruesas y duras que sirven para defensa del árbol... pero no se de quien se defienden... En cualquier caso aquí tenéis una muestra:


Las hojas del limonero son simples, ovadas o elípticas, terminadas en punta, con bordes ondulados o ligeramente dentados. Son coriáceas, de color verde-medio por el haz y verde más pálido por el envés,  


Vemos ahora otro conjunto de hojas; en la parte superior de la foto se distinguen los limoncitos que empiezan a crecer


Las yemas son de color pardo-rojizo. He aquí una de ellas:


Las flores surgen en Abril y Mayo; solitarias o formando pares. Se denominan también, como las de los naranjo, "flores de azahar". Miden entre 3 y 5 centímetros. Son blancas, aromáticas. 


Como vemos, tienen gruesos pétalos y multitud de estambres


Más flores


Los frutos, del tipo "hesperidio", maduran a finales de otoño, e incluso en invierno. Son de un vistoso color amarillo. Oblongos y con un "mamelón" final


Los de abajo están aún en proceso de maduración


Aunque no bien enfocados, vemos ahora los mínimos limoncillos a que dan lugar las flores...


Por último, un limonero de un campo de limones de Premià.


domingo, 3 de mayo de 2015

Tamarisco. Tamariu. (Tamarix gallica)

El tamarisco, tarai, ó tamariz, en castellano y tamariu, farga, ó gatell, etc..., en catalán, es un árbol caducifolio, mediterráneo, que resiste incluso ambientes muy desérticos y salinos. Estas son sus espectaculares inflorescencias, formadas por multitud de pequeñas flores blancas o rosáceas...:


El género "tamarix" incluye más de 60 especies; en nuestro ambiente las más comunes son la "africana", como la que vemos ahora, situada en el antiguo Jardín Botánico de Barcelona, en Montjuich y la "gállica" que luego veremos. 


Son árboles amigos de la sal. Sus raíces, muy largas, la absorben del subsuelo y la acumulan en su follaje; de allí pasa al suelo, creandose un ambiente insano para otras especies que no pueden competir con los tamarix

Este es un conjunto de tamariscos de la especie "ánglica", similar a la "gállica". Lo plantó el Ayuntamiento de Barcelona en una de las calles más altas de Nou Barris. Son árboles que, cuidados, se adaptan bien a los ámbitos urbanos...



                    Vemos brotes florales de uno de esos árboles.                                                                  En algunas subespecies los brotes florales son abundan-tísimos y generan un aspecto plumoso o difuso en los árboles en primavera; así lo vemos en este Tamarix "gállica" del parque Pegaso:


En efecto, si ampliáis esta foto, tomada de ese árbol, veréis que se trata de numerosísimos brotes blancos...:


Éste es el notable tronco del "africano" de Montjuich. Son troncos tortuosos, ramificados casi desde la base; de corteza agrietada, de color entre pardo y ceniza oscura: 



                                                                                                                                                                                                     Y éste es el tronco del "gállica" que hemos visto en el parque "Pegaso.                                                                                                                                                                                                                                                  Son muy características las ramas de estos árboles: son muy largas, flexibles, difíciles de cortar y de aspecto ligero. Estas son las ramas del ejemplar de Montjuich:


Las hojas son muy pequeñas, escuamifomes: se solapan unas con otras hasta cubrir toda la superficie de las ramillas que las sustentan; se parecen en este aspecto a las hojas de los cuprésidos (de los cipreses). Miden entre 1 y 3 milímetros; son alternas, enteras...:


Vemos de nuevo las flores de uno de los "ánglica" fotografiados:


Y una ampliación: vemos que se trata de mínimas florecillas, agrupadas en inflorescencias de unos 5 milímetros de ancho y 4 ó 5 centímetros de longitud...


Los frutos son pequeñas capsulitas ovales que se abren dejando salir multitud de semillas que disponen de un penacho plumoso gracias al cual se diseminan hasta notables distancias. Aquí vemos una de esos brotes florales, ya fructificados y abiertos... Se trata de una foto otoñal.












Y vemos, de nuevo, la foto de uno de los árboles de Nou Barris




Son éstos, unos árboles con una gran historia. En la Biblia, en el Génesis, se cuenta como Abraham -hará unos 4.000 años- plantó uno de ellos en Berseba, tras excavar un pozo, que quedó así "señalizado". 

Según una antigua tradición, el "maná" con el que Dios alimentó a los Hebreos en su marcha por el desierto, era producido por una variedad de tamariscos afectados por la picadura de una cochinilla del género "Coccus". En fin, sea cierta o no esa tradición, es evidente la antigüedad de nuestro conocimiento sobre los "Tamarix"...

Acabamos con otro tamarisco, cuyas flores tienen el más característico colorido rosa. La peculiaridad de este ejemplar es que está situado en Ribes de Freser, junto al Pirineo catalán:








En estas dos fotografías se aprecia la gran densidad de brotes florales de este árbol.














Y, más de cerca, podemos distinguir la gran cantidad de florecillas que se asientan en los brotes florales: