Árboles con alma


Mi abuelo, ilustre abogado y popular poeta costumbrista altoaragonés, publicó en 1935 una poesía en homenaje a los árboles dedicada a los niños. Se trataba de un poema sencillo, pedagógico, amable: a continuación transcribo la primera estrofa:

"La cuna en que nuestra madre / nos mece en la edad primera, / la lumbre de los hogares / de las risueñas aldeas, / el techo que nos cobija, / los muebles que nos rodean, / las flores que nos perfuman, / los frutos que nos sustentan, / los libros en que estudiamos / y el arca en que nos entierran; / son producto de los árboles / que véis crecer por doquiera" ...

Pues bien, el objeto de este blog es unirme a ese homenaje y dar a conocer los árboles ya que no con versos míos, con fotografías mías... Y con poemas acerca de los árboles de autores consagrados. Por cierto, el resto de la poesía de mi abuelo podéis leerlo en la entrada "Los árboles" de este blog.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Madroño. Arboç. (Arbutus unedo)

El madroño, en catalán "arboç", es un árbol de hoja perenne, mediterráneo, muy extendido en nuestro país. Son muy vistosos sus frutos, que pasan del amarillo al rojo:




Se trata de un árbol más bien bajo: 6 u 8 metros, como máximo, cuyas ramas nacen a poca distancia del suelo, tienden a ser ascendentes y dan lugar a una copa redondeada.





Este ejemplar y el siguiente están situados en Collserola, en la falda del Tibidabo, junto a Barcelona


En los árboles de mucha edad -pueden llegar a los 70 años, o más- los troncos, siempre rugosos, con corteza parda, se estrían notablemente; la corteza se desprende en tiras. Vemos el tronco de un viejo madroño situado en el Maresme:


Las hojas son lanceoladas; coriáceas; sus bordes están finamente dentados. Son brillantes.


Vemos cómo sus peciolos son muy cortos, de unos pocos milímetros, y tienen un cierto color rojizo:




 Las hojas son simples, como observamos, y muy abundantes: dan lugar a unas copas muy densas...




 Las flores parecen jarritas invertidas, 
 colgantes: 


Son blancas, quizás algo verdosas. Miden unos 8 ó 10 milímetros. 





Son "pentámeras", es decir: tienen cinco pétalos. Pero esos pétalos, un poco vueltos hacia fuera en su extremo superior, están soldados, dando lugar a esa "corola" -conjunto de pétalos- característica, con aire de jarrita...




Las flores, muy numerosas, hacen que los madroños, más bien verde- oscuros, estén salpicados durante meses de topos blancos. Lo vemos así en otro pequeño "arboç" de Collserola. Si os fijáis bien, veréis también alguna  nota roja, de algún fruto...




Vemos ya, ahora, un par de frutos, de cerca:


Y aquí otra pareja. Son frutos en "baya", rugosos cuando están maduros.



Y más frutos. Son comestibles..., pero con moderación. Se pueden utilizar para hacer confituras.




Para ir terminando, vemos otro árbol, de la sierra de San Mateo, en el Maresme, en un día brumoso, pero en el que se adivinan los frutos rojos...
Y una ultima fotografía de frutos del madroño...



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