Árboles con alma


Mi abuelo, ilustre abogado y popular poeta costumbrista altoaragonés, publicó en 1935 una poesía en homenaje a los árboles dedicada a los niños. Se trataba de un poema sencillo, pedagógico, amable: a continuación transcribo la primera estrofa:

"La cuna en que nuestra madre / nos mece en la edad primera, / la lumbre de los hogares / de las risueñas aldeas, / el techo que nos cobija, / los muebles que nos rodean, / las flores que nos perfuman, / los frutos que nos sustentan, / los libros en que estudiamos / y el arca en que nos entierran; / son producto de los árboles / que véis crecer por doquiera" ...

Pues bien, el objeto de este blog es unirme a ese homenaje y dar a conocer los árboles ya que no con versos míos, con fotografías mías... Y con poemas acerca de los árboles de autores consagrados. Por cierto, el resto de la poesía de mi abuelo podéis leerlo en la entrada "Los árboles" de este blog.

sábado, 7 de mayo de 2011

Encina. Alzina. (Querqus ilex, subespecie ilex)

La encina -alzina, en catalán- es un árbol de hoja perenne, de crecimiento lento, que puede llegar hasta los 15 ó 20 metros de altura. Se trata de un árbol corpulento, con ramas ascendentes y abiertas que dan lugar a una copa amplia, densa. Árbol de origen mediterráneo.


Esta encina está situada en San Mateu, en la cadena litoral catalana: encima de Premià.

Las encinas son uno de los árboles más típicos del paisaje español: por ello han sido objeto de preciosas poesías. Por ejemplo, Antonio Machado comienza una de ellas diciendo:

¡Encinares castellanos
en laderas y altozanos,
 serrijones y colinas
llenos de oscura maleza,
encinas, pardas encinas;
humildad y fortaleza!

Es un bello y largo poema que os agradará leer. Clicando podéis ver el resto de ese poema a "Las encinas"
  
   Ahora, otra perspectiva de la misma encina:




 El tronco, recto y recio, tiene una corteza gris ó marrón oscuro, rugosa y agrietada.






Este tronco de la derecha es de otra encina, situada en medio de un bosque de pinos y encinas de Can Patxau, en el Vallès. 


Las hojas son lanceoladas, de 3 a 6 centímetros, con el márgen dentado, de ordinario: menos en las de las ramas antiguas. Son coriaceas, de color verde oscuro por el haz y más claras por el envés: a veces, casi blancas a causa de su considerable vellosidad: 
 
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Las flores masculinas -las vemos a la izquierda- son amarillentas, se distribuyen en largas inflorescencias colgantes.
Su gran abundancia, así como el color más claro de las hojas nuevas da una tonalidad muy clara a unos árboles de ordinario muy oscuros





 Aqui lo vemos: una encina primaveral que aparece totalmente  cubierta de inflorescencias y hojas jóvenes.





Resulta una visión inesperada.






La vemos más de cerca en la siguiente fotografía...





El fruto es una bellota, de unos 2 ó 3 centímetros que es alimento tradicional del ganado porcino, particularmente en las dehesas de Castilla y Extremadura. 


Vemos otras bellotas, éstas de finales de otoño, época en la que están maduras.




También un gran poeta catalán del siglo pasado, Guerau de Liost, dedicó un poema a la encina. Está redactado en un catalán culto y me temo que los no catalanoparlantes no lo entendáis mucho. Pero es una notable poesía y merece ser incorporada al blog, se titula L'Alzina:

Quan el bosc camina / cap a la vellura / en venir l'hivern, / serves, tu, alzina /
de la fusta dura / i el fullatge etern.
Tos forcats impliquen / barreges de líquen / i vesc de Nadal.
Cap alè no et torba, / druïdesa orba,/ metall vegetal.
L'hivern és vingut / plovisquegen glans / de la fortitud.
Un senglar, perdut / de la nit abans,/golafre hi acut.

Afortunadamente, un anónimo seguidor de este blog nos ha enviado la traducción de ese poema: podéis verla en el primer comentario de esta entrada.

La encina fue incorporada hace ya tiempo al arbolado de las ciudades. Vemos ahora una de las encinas, de 1904, que delimitan la plaza de Cataluña, de Barcelona:

Otra encina, de 1923, es esta situada en la Diagonal, en el cruce con Roger de Lluria:



La tercera es, probablemente, la más antigua de Barcelona, quizás no plantada sino existente antes de la urbanización de su zona. Es la encina del jardín de Can Senmenat, en la falda de Collserola. Nació en 1876.

Como veréis, es muy "anciana" pero se mantiene con garbo en la zona alta de la ciudad. La siguiente fotografía es de febrero de 2013; la anterior, de Abril de 2010: efectivamente, se ha "rejuvenecido"



También en Roma, histórica capital mediterránea, hay preciosas encinas, como éstas, situadas junto al Circo Máximo:


En el Ripollés, en Llaés, hay un bosque de encinas centenarias verdaderamente impresionante. Aquí tenéis una de ellas. Son encinas cuyo tronco está protegido por un conjunto de bojs (buxus sempervirens)..., quedan como cerradas


Otra de esas grandes encinas de Llaés:



Y, por último, la base del tronco de la mayor, quizás también la mayor encina de Cataluña. El perímetro de la base del tronco mide 9,40 metros; y el perímetros a 1,30 metros del suelo asciende a 5,91 metros...; mi bastón os servirá de referencia:




Esta "entrada" ha resultado muy literaria. Como término transcribo ahora el inicio de un diálogo entre Mn. Jacinto Verdaguer, también gran poeta catalán, y una vieja encina que estuvo en el paseo de Gracia de Barcelona hasta su muerte, a finales del XIX... Verdaguer se expresa en prosa en esta ocasión. Dice:

        Filla de les muntanyes,¿qui t’ha plantada ací a la vora d’un passeig i enmig l’eixamplament de la ciutat? Ben segur que ningú. Ets un record de les antigues boscúries que baixaven del Tibidabo, una borla del seu mantell de setí verd que arribava fins prop de la mar. La Providència t’ha deixada enmig de la nova Barcelona per recordar-li que fou un prat, com els empresaires de les vies fèrrees deixen un montorull de terra de cada desmont, com a testimoni de la feinada feta que diu als viatgers: “mirau on érem i on som”...

    Lo podéis leer completo en la entrada "L'alzina del Passeig de Gràcia".


Podéis ver todavía más encinas, encinas notables, en la ampliación de esta entrada. Para ello tenéis que clicar:  Clicar aquí para ver ampliación

1 comentario:

  1. Amb molt de gust tradueixo els versos de Guerau de Liost. Amb un advertiment: l'original no diu "tot forcats impliquen...", sinó "tos forcats impliquen...".

    Aquí la traducció:

    Cuando el bosque camina / hacia la vejez / al llegar el invierno, / guareces tú, encina /
    de madera dura / y follaje eterno.
    Tus horcaduras implican / mezclas de liquen / y muérdago de Navidad.
    Ningún aliento te turba, / sacerdotisa enorme,/ metal vegetal.
    El invierno ha llegado / llueven bellotas / de tu fortaleza.
    Un jabalí, perdido / de la noche anterior, / acude a ti hambriento.

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