Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.
En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.
En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se viste...
Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
«Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto».
Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!
Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:
¡Hoy a mí me dijeron hermosa!
Bonic poema, sí, senyor.
ResponderEliminarEn efecto, Ferran: precioso poema. Me sorprendió cuando lo encontré y enseguida vi que quedaría muy bien en el blog.
EliminarUn abrazo.
Me encanta este poema.
ResponderEliminarExcelente. Gran poema de esta poetisa uruguaya.
ResponderEliminarMe lo aprendì cuando tenìa 8 años, en la escuela primaria, nunca mas olvidè su letra!!! al igual que El vendedor de naranjas, bella poetisa, bellos poemas, inolvidables, llenos de dulzura, sencillez, tan reales para su època!!!tan lejanos de la actual que vivimos!
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