Árboles con alma


Mi abuelo, ilustre abogado y popular poeta costumbrista altoaragonés, publicó en 1935 una poesía en homenaje a los árboles dedicada a los niños. Se trataba de un poema sencillo, pedagógico, amable: a continuación transcribo la primera estrofa:

"La cuna en que nuestra madre / nos mece en la edad primera, / la lumbre de los hogares / de las risueñas aldeas, / el techo que nos cobija, / los muebles que nos rodean, / las flores que nos perfuman, / los frutos que nos sustentan, / los libros en que estudiamos / y el arca en que nos entierran; / son producto de los árboles / que véis crecer por doquiera" ...

Pues bien, el objeto de este blog es unirme a ese homenaje y dar a conocer los árboles ya que no con versos míos, con fotografías mías... Y con poemas acerca de los árboles de autores consagrados. Por cierto, el resto de la poesía de mi abuelo podéis leerlo en la entrada "Los árboles" de este blog.

sábado, 7 de junio de 2014

Olmo de Siberia (Ulmus púmila)



El olmo de Siberia, "om de Siberia", en catalán, es un caducifolio, pariente próximo de nuestros "ulmus minor", que ha venido a sustituirlos recientemente como consecuencia de su notable resistencia a la "grafiosis", grave enfermedad de los olmos europeos que los ha diezmado desde 1970.



Este bonito ejemplar se encuentra junto a una pequeña plazuela llamada de Rafael Benet, en Sarrià


En Barcelona son muy numerosos los "púmila"; más de 6.000; ese calificativo "púmila" se refiere a que son árboles más pequeños que nuestros olmos clásicos: los "ulmus minor" 




Vemos aquí dos ejemplares que nos ocultan la Basílica de la Inmaculada Concepción, templo gótico, del Siglo XV, situado en la calle de Aragón...



Esta es una imagen típica de nuestros olmos de Siberia urbanos: se inclinan hacia el centro de la calle, supongo que buscando la luz, más escasa junto a las fachadas de las casas


Como vemos, la copa de estos árboles, muy densa, es oval, un poco caótica por sus numerosas y largas ramillas. 

Evidentemente, vistos de frente no se aprecia esa inclinación; aquí tenemos otros dos olmos de Siberia de la calle de Aragón:




Son troncos recios, derechos columnares. Su corteza, gris oscura, aparece fisurada longitudinal-mente





Sus ramas son delgadas y las ramillas secundarias que sustentan las hojas, son largas y colgantes: dan al árbol un cierto aire desordenado.



Son árboles de rápido crecimiento; alcanzan hasta 15 ó 20 metros de altura







Es éste otro de los troncos de los púmila de la calle Aragón; frente al mercado de la Concepción. 







Las hojas, cuando maduras, son de color verde oscuro por el haz y más claras por el envés.





Tienen borde aserrado. En su base se mantiene la clásica falta de simetría de los olmos, si bien menos acusada que en los "minor"



Aquí se observan esas largas ramillas que sostienen las hojas. Son hojas alternas. Tienen muy marcados los nervios.




El limbo de estas hojas es elíptico-ovalado, o elíptico-lanceolado. Mide hasta 8 centímetros de largo, por entre tres y cuatro de ancho.


Más hojas, que nos muestran muy bien su borde aserrado, la diferencia entre haz y envés, su pequeña asimetría inicial, los peciolos, largos...:











Otro de los olmos de la calle Aragón, con su inclinación hacia el centro y su copa densa y redondeada, más que oval, en este caso.








Y el mismo, visto desde otro ángulo, en la esquina del mercado de la Concepción.


Las flores son mínimas, agrupadas, de color rosado, apenas despegadas de las ramas. Son muy precoces: surgen antes de las hojas. Los frutos son también precoces, numerosísimos: son sámaras redondeadas con la semilla en su centro; miden sobre 1 o 1,5 centímetros. Empiezan siendo verdes, como vemos en este árbol...:


Sámaras abundantísimas, pegadas unas a otras. En esta foto vemos detrás, además, algunas de las nuevas hojas...:


Esta ramilla caída nos permite calibrar mejor el tamaño y forma de esas sámaras:


Luego, las sámaras maduran, pasan a un color pardo y caen. Con sus alas son llevadas por el viento aquí y allá. Vemos ahora un conjunto de sámaras maduras y caídas. De hecho no pertenecen a nuestros ulmus púmila sino a un "olmo holandés" próximo, pero son prácticamente iguales...


Por último -esta vez sí vemos bien la torre de la basílica- los olmos púmila que la protegen...