Se trata de un soneto en el que se refiere el mito de Apolo y Dafne: Dafne, amante de los árboles y de la naturaleza, bellísima, es perseguida por Apolo, que la desea; ella huye. Al ser alcanzada pide ayuda a los dioses. Estos la convierten en Laurel para protegerla... y para burlar la pretensión de Apolo que ella rechaza.
Es uno de los inspirados sonetos del autor renacentista. Dice:
A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que al oro escurecían.
De áspera corteza se cubrían,
los tiernos miembros, que aun bullendo estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
el árbol que con lagrimas regaba.
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño!
¡Que con lloralla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!
Podéis completar esta lectura viendo la preciosa escultura barroca de Bernini que incorporamos a la "entrada" del laurel, "laurus nobilis", en este blog...
Me fascinan las leyendas y mitos, en especial sobre las plantas y los árboles, ya conocía esta de Dafne y el laurel e incluso pensaba redactar sobre ella un día de estos, pero no conocía ese soneto y me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Muchos pen3s en boca
EliminarAAAAA ME PICA EL CHOCHOOOOOOOO
EliminarMama pinga
ResponderEliminarjajaja
EliminarQUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
ResponderEliminarMola
ResponderEliminarPuta Betis
ResponderEliminarOtro insulto así y me cojo a tu mascota, primer aviso
Eliminardios bendiga a todos bencidionees😊
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