Árboles con alma


Mi abuelo, ilustre abogado y popular poeta costumbrista altoaragonés, publicó en 1935 una poesía en homenaje a los árboles dedicada a los niños. Se trataba de un poema sencillo, pedagógico, amable: a continuación transcribo la primera estrofa:

"La cuna en que nuestra madre / nos mece en la edad primera, / la lumbre de los hogares / de las risueñas aldeas, / el techo que nos cobija, / los muebles que nos rodean, / las flores que nos perfuman, / los frutos que nos sustentan, / los libros en que estudiamos / y el arca en que nos entierran; / son producto de los árboles / que véis crecer por doquiera" ...

Pues bien, el objeto de este blog es unirme a ese homenaje y dar a conocer los árboles ya que no con versos míos, con fotografías mías... Y con poemas acerca de los árboles de autores consagrados. Por cierto, el resto de la poesía de mi abuelo podéis leerlo en la entrada "Los árboles" de este blog.

sábado, 28 de mayo de 2016

Quejigo, Rebollo, Roble carrasqueño, Roble Valenciano (Quercus faginea)

El "quejigo", "roure de fulla petita" en catalán, y con muy diversos apelativos en su ámbito natural  -Península Ibérica y noroeste de Africa- es un roble omnipresente en nuestra geografía. Roble estimado por los ganaderos pues sus bellotas son buen alimento para los ganados... Vemos un par de ejemplares, primaverales,  situados junto al río Besos, y escoltados por un ciprés.


Otra visión, más habitual es la de la foto siguiente: de tono más bien oscuro.








Son árboles de tamaño medio, hasta unos 20 metros. Sus hojas, caducas, que luego veremos, son "marcescentes", es decir, aunque secas, o practicamente secas, se mantienen unidas al árbol hasta que son desplazadas por las nuevas hojas en primavera; hay quien comenta que son "hojas semicaducas"


Tronco normalmente "derecho";  a veces, sinuoso, delgado, con corteza pardo-grisácea, fina, pero de textura rugosa, debido a numerosas grietas.



Son árboles resistentes, duros: se desarrollan bien casi en todo tipo de suelos, incluso en los ricos en cal; aguantan sin particular dificultad  climas continentales, de fuertes contrastes. 

Son árboles muy longevos: pueden llegar hasta los 500 ó 600 años de edad. 


En efecto, en la base de ese tronco del quejigo del río Besós vemos esa gran rugosidad.




Son árboles de ramificación no muy abierta: dan lugar a una copa oval alargada. 


                    Pero si el quejigo crece en solitario, se abre y su copa es redondeada. Redondeada es la copa del árbol del Besós que hemos visto


                                                    En cambio, la copa de este otro "carrasqueño" es efectivamente oval, alargada.                                                                              Se trata de un ejemplar que, acompañado por carrascas y otros quejigos, enmarca a otros árboles más exóticos en uno de los jardines de Montjuich


Las hojas son de color verde brillante por el haz y más pálidas por el envés; miden entre 3 y 12 centímetros de largo; son oblongas o obovadas con el borde recorrido por dientes poco profundos, a veces punzantes. 
Son hojas simples; más o menos coriáceas, en disposición alterna:


Esas hojas que hemos visto son muy clásicas del quejigo. Pero, de hecho, las hojas de los robles presentan gran variabilidad morfológica. Esta variabilidad se debe en buena parte a la frecuente hibridación de los quejigos con los "Quercus pubescens" para dar lugar a los llamados "
Quercus x cerrioides". Muchos botánicos consideran que, de hecho, esos tres tipos de robles  -por aplicación de la definición genética de especie-  deberían considerarse sólo como subespecies de la misma especie, ya que son fértiles entre ellos y sus descendientes son igualmente fértiles. No obstante, en nuestro blog, que es  muy tradicional, figuran entradas para cada uno de esos robles.
Pues aquí vemos unas hojas menos "típicas"


                                                                                                                                                                                     Y, ahora, a la derecha,  el tronco, menos derecho que él antes visto, que estructura ese conjunto de carrascas y quejigos de ese bosquecillo de Montjuich. 
           Son árboles monoicos. Las flores son muy sencillas. Las masculinas van reunidas en grupitos sobre amentos colgantes, las femeninas son solitarias, y van rodeadas por un involucro de naturaleza córnea llamada cúpula, erizada de picos o aguijones que, a la larga, protegerán las bellotas: Aquí algunos de esos amentos...:


Y, más amentos masculinos: Vemos también el tono amarillento de las jóvenes hojas, en Primavera


Los frutos son bellotas; bellotas, cuya cúpula está recubierta de escamas aovadas, algo prominentes en el dorso y de aspecto aterciopelado; las bellotas se disponen en grupos y nacen sobre cortos pedúnculos. Aquí tenemos un par de ellas; veréis que sus pedúnculos casi no existen...:


Y, ahora, más bellotas. Las bellotas de los quejigos son uno de los alimentos destinados a la ganadería porcina más apreciados, entre otras cosas porque maduran antes que las bellotas de la encina...  Es pues un árbol muy estimado en las comarcas ganaderas, por ejemplo en Extremadura.


 Son muy frecuentes en estos árboles unas "agallas" esféricas de color pardo, producidas como reacción de la planta ante picaduras de una pequeña avispa de la familia de los cinípedos, en los brotes jóvenes, durante la puesta, de modo que esta tumoración sirve de protección para sus larvas.  


Aquí tenemos, por ejemplo, un roble situado en el camino hacia Sant Llorens del Munt en el que están presentes numerosas agallas.                                                                                                                       Estas "agallas" se usaban tradicional- mente en medicina, como astringente, por ser ricas en taninos. 


Esas agallas son tan típicas en este árbol, que casi pueden servir para identificarlo. Son agallas esféricas de color pardo con unos picos formando una corona y un interior esponjoso


Ahora podemos ver de cerca varias de esas "agallas" del anterior árbol:


Otra agalla:


Y, para terminar, un conjunto de agallas del roble que hemos visto en el camino a Sant Llorens:





3 comentarios:

  1. No sabía lo de las agallas. Ahora me fijaré más en el "cajico" como decimos nosotros (Pirineo de Huesca). La bellota las llamamos "glan". Muchas gracias.

    ResponderEliminar
  2. En el sureste de Burgos, Sierra de La Demanda; se llaman gállaras. Si son pequeñas (aprox. 1 cm) (color crema) gallaritas y si grandes (unos 2 cm) gallarones.

    ResponderEliminar
  3. Me.encanto talvez un lugar donde vendan la
    planta

    ResponderEliminar