domingo, 9 de septiembre de 2012

Roble albar. (Quercus petraea)

El roble albar, "roure de fulla gran", en catalán, es una de nuestras más preciadas especies arbóreas. Es uno de nuestros grandes robles. Alcanza los 25 ó 30 metros de altura. Éste forma parte de un bosquecillo de "petreas" situado en la falda baja del Balandrau, en la Vall de Ribes.



De ordinario, sus copas son amplias, aovadas, ó elípticas. Este otro ejemplar está situado cerca de Fustanyà, también en la Vall de Ribes del Pirineo Catalán:




Son árboles de tronco esbelto: derecho y largo. 



Las ramas son también rectas, ascendentes.




Son árboles longevos: pueden llegar a vivir 500 años.



Árboles de grandes hojas: vemos, en efecto, su notable tamaño: de 10 a 15 centímetros. Son hojas elípticas cuya mayor anchura se sitúa más o menos en su centro





Otro ejemplar de roble "albar" de la misma ladera del Balandrau. Foto de Agosto, se colores más pardos de la primera, que era de Julio: aquélla más fresca...:



Prefieren las laderas de las montañas, incluso hasta los 1.800 metros. He aquí la vista de una ladera: está en la pista forestal que sube desde Queralbs al Serrat:



Otra vista, más luminosa, de la misma ladera y bosquecillo:



Son árboles muy rudos: soportan bien las difíciles condiciones de nuestras cordilleras; son poco exigentes con los tipos de suelo: crecen aún en pedregales, de ahí su nombre latino.











Los bosques se roble albar se extienden por todo el centro y mediodía de Europa. En España, en el norte y en la cordillera central.
No llega a Portugal ni a las Baleares.



Sus recios troncos, de color grisáceo o pardo se agrietan y resquebrajan con la edad. 


Este es el tronco de un roble del bosquecillo antes visto:






Las hojas, caducas, tienen un peciolo largo: de 2 ó más centímetros. Son hojas grandes, alternas, simples, marcadamente lobuladas, como vemos.



Son hojas de color verde intenso por el haz: 


y algo más claras por el envés: 


En cualquier caso se trata de hojas con un precioso colorido:


Un poco caótica, pero vemos ahora la clásica inflorescencia propia de los robles: un amento amarillento que acumula numerosas flores... y que aparece a finales de la Primavera:


El fruto de estos árboles es una bellota; se encuentra alojada en una cúpula escamosa y sésil con la base directamente unida a la ramilla: aquí vemos bellotas apenas apuntadas:


En Otoño las bellotas han madurado y ya sólo un tercio de su longitud se halla protegida por la cúpula: estas bellotas que vemos se van aproximando a la madurez...;


La madera de estos árboles es muy estimada, por su dureza: se utiliza para fabricar muebles; también como parquet. Vemos un último ejemplar pirenáico... próximo a Can Vilardell en la Vall de Ribes.


Y ahora, aquí tenemos ejemplares no pirenaicos, árboles de parques urbanos: en concreto, los de Can Mercader, en Cornellá. Nos han permitido seguir más de cerca la evolución de la especie en el tiempo; estos "petrea" son primaverales con sus verdes hojas...:  








Pero en otoño, las hojas amarillean, se vuelven pardas y caen. Vemos ahora uno de esos "quercus petrea", de Can Mercader, en avanzado estado otoñal...: 







Y he aquí, por fin, algunas de esas hojas que van "caducando" y que caerán en breve: 




El roble es un árbol que ha sido tratado con calor en la Literatura. Es posible que a un gran roble de esta especie se refiera Antonio Machado cuando en su poesía "Las encinas" dice:

El roble es la guerra, el roble
dice el valor y el coraje,
rabia inmoble
en su torcido ramaje;
y es más rudo
que la encina, más nervudo,
más altivo y más señor.
El alto roble parece
que recalca y ennudece
su robustez como atleta
que, erguido, afinca en el suelo.

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