miércoles, 25 de julio de 2012

Teodor Llorente. Vora el barranc dels Algadins


Vora el barranc dels Algadins
hi ha uns tarongers de tan dolç flaire,
que per a omplir d’aroma l’aire
no té lo món millors jardins.

Allí hi ha un mas, i el mas té dins
volguts records de ma infantesa;
per ells jo tinc l’ànima presa
vora el barranc dels Algadins.

Vora el barranc dels Algadins,
s’alcen al cel quatre palmeres;
el vent, batent ales lleugeres,
mou son plomall i els seus troncs fins.

En ells, milers de teuladins
fan un soroll que el cor encisa.
Qui oir pogués sa xiscladissa,
vora el barranc dels Algadins!

Vora el barranc dels Algadins,
l’aigua corrent los camps anega;
en sos espills lo sol llampega,
i trau l’arròs verdosos brins.

Sona el tic-tac en los molins;
i en caure el sol, caçadors destres,
a joca van d’ànecs silvestres,
vora el barranc dels Algadins.

Vora el barranc dels Algadins,
mourà demà les palmes l’aire;
li donaran los horts son flaire,
i sa cantúria els teuladins.

El mas demà guardarà dins
dolços records i imatges belles;
jo no podré gojar ja d’elles,
vora el barranc dels Algadins!

Teodor LLORENTE, Nou llibret de versos (1909)




Traducción al castellano "perpetrada" por arolgasp




JUNTO AL BARRANCO DE LOS ALGADINS

Junto al barranco de los Algadins
hay unos naranjos de tan dulce olor,
que para llenar de aroma el aire
no hay en el mundo mejor jardín. 

Allí hay un mas, y el mas conserva
amados recuerdos de mi infancia;
por ellos tengo cautivada el alma
junto al barranco de los Algadins.

Junto al barranco de los Algadins
se alzan al cielo cuatro palmeras;
el viento batiendo sus alas ligeras,
mueve su plumaje y sus finos troncos.

En ellas, miles de pajarillos
hacen un ruido que encanta el corazón.
¡Quien pudiera oír su algarabía
junto al barranco de los Algadins

Junto al barranco de los Algadins
el agua que corre anega los campos;
en sus espejos el sol se refleja
y saca verdosos brillos del arroz.

Suena el tic-tac en los molinos;
y al caer el sol,  cazadores diestros,
van a los nidos de patos silvestres
junto al barranco de los Algadins

Junto al barranco de los Algadins,
el aire moverá mañana las palmas;
le darán su aroma los huertos,
y su canción los pajarillos

El mas mañana guardará dentro
dulces recuerdos e imágenes bellas;
¡yo no podré gozar ya de ellas
junto al barranco de los Algadins!


Nota: ese barranco estaba situado en la comarca de la Ribera Alta, del Pais Valencià. Ahora ya no es un barranco: forma parte de unos campos de naranjos más bien planos... Teodor Llorente, uno de los más importantes poetas de la Renaixença Valenciana, inmortalizó la belleza del paisaje y de la vida de esa comarca con este precioso poema publicado en 1909.


sábado, 21 de julio de 2012

Palmera de California. (Washingtonia fílifera)

La palmera de California, "Washingtonia filífera" es otra de las "palmeras de abanico" junto con la especie "Robusta". 





Esta "filífera" se encuentra en la plaza Francesc Macià, de Barcelona... desde 1903.










He aquí otras "washingtonias" longevas: de 1909, situadas en un lugar sorprendente; en pleno barrio antiguo de la ciudad, en un mínimo jardín de la "Casa de la Misericordia":


Vemos dos de ellas desde la callejuela de enfrente. Y las cuatro desde otro ángulo.

Estas palmeras "filiferas" son mucho más gruesas que las llamadas "robustas", que son más altas.












No obstante, las "filiferas" también son altas: pueden llegar a 25 ó 30 metros...
 






Ciertamente son muy gruesas como podemos comprobar...

Vemos ahora las copas, amplias, formadas por hojas de casi dos metros de diámetro, dotadas de folíolos en abanico: surgen todos del mismo punto del peciolo:










Esta es una joven palmera de California plantada en Can Borni, en la falda de Collserola.








Y ahora el contraste con esas grandes "washingtonias" de Montjuich, también de 1909...


Parecen un ejército en orden de batalla. Esta especie procede de Méjico y del sudoeste de los Estados Unidos, de California.


Comprobamos también la gran potencia de sus troncos


Y el gran volumen de las copas, formadas por las hojas nuevas y por las antiguas que no se desprenden sino que cuelgan, secas...











En primavera y verano surgen sus flores, en "inflores- cencias" colgantes y muy ramificadas, como aquí vemos








Y en Otoño, los frutos. Frutos pequeños en grandes racimos, que acaban siendo pardos o negruzcos aunque aquí los vemos aún amarillos...








Más de cerca.












Es curioso el nombre de estas palmeras; se les impuso en honor a George Washington, primer Presidente de los Estados Unidos.




En esta foto podemos ver las dos "washingtonias" más clásicas una frente a otra: las de atrás, más altas, son las "robustas"; las de delante, de tronco más grueso, las "filíferas".

domingo, 15 de julio de 2012

Palmera de abanico. Pritchardia. Palmera de "ventall". (Washingtonia robusta)


En nuestro país se cultivan, sobre todo, dos especies de "washingtonias", o "palmeras de abanico". La "robusta" y la "filífera".



La "robusta", más esbelta y mas delgada -pese a su nombre- fue introducida aquí hace más de 100 años. 




Vemos ahora tres plantadas en la Plaza Lesseps, de Barcelona. Son de 1913.





Es la palmera de crecimiento más veloz.




Se trata de una palmera de hojas en abanico, de hasta dos metros de diámetro, con foliolos que surgen conjuntamente del peciolo...








Este ejemplar, más joven, está plantado frente a la Plaza de Toros "Monumental" de Barcelona... Vemos cómo las hojas secas no caen sino que quedan colgando inclinándose hacia el tronco.





He aquí ahora las más antiguas "robustas" que hemos localizado en Barcelona: las de la Plaza de Letamendi, de 1893: son bien altas.





Este tipo de palmeras puede superar facilmente los 25 metros de altura...como en este caso.








Las vemos de nuevo, desde otra posición: parecen vigías custodiando ese edificio de oficinas...











Por último, una visión de esas palmeras desde la puerta del edificio de oficinas.







Menos antiguas, aunque también notables, son estas tres situadas en la Plaza Real, también de Barcelona







El tronco es simple, recto y algo más grueso en la base que en el resto del fuste.  La corteza es de color grisaceo... Antes de la poda el tronco queda protegido por las bases de las hojas caídas...










La copa, como un penacho en el extremo superior de un tronco tan esbelto, se adorna en Primavera con abundantes inflorescencias colgantes, "péndulas".









Se trata de inflorescencias que nacen en la base de las hojas más bajas y que se ramifican mucho...










Vemos más de cerca las hojas y las inflorescencias (podéis ampliar esta fotografía)










Los frutos, muy numerosos, esféricos, negros y de menos de un centímetro de diámetro, surgen en Otoño





Ahora podemos comprobar la diferencia entre las wasingtonias robustas y las filíferas. Las robustas son las de atrás en esta foto, más altas y de tronco más delgado; las filíferas son las de delante...















Vemos, por último, un conjunto de "robustas" en un día de fuerte viento en la Diagonal de Barcelona.



sábado, 7 de julio de 2012

Palmera datilífera. Datiler. (Phoenix dactylifera)

La palmera -o palma- datilera, "datiler" en catalán, es la palmera más frecuente en nuestra geografía. Es una palmera esbelta, muy alta -de hasta 30 metros- y con un tronco -un "estípite"- de poco diámetro. Ésta se encuentra en la Plaza Real de Barcelona..., en un ámbito muy turístico.


También está en un lugar privilegiado ésta otra palmera: en la Casa del Arcediano, casa del "Ardiaca", en su sugestivo patio renacentista, en pleno Barrio Gótico de Barcelona.


Es una palmera longeva: de 1873, nada menos. Llegan a vivir 250 ó 300 años estas palmeras. Vemos ahora cómo ésta necesita un cierto apoyo externo ...



Es una especie procedente del Irán... pero importada ya a España por los cartagineses, según parece. Se utiliza como planta ornamental en las calles de nuestras ciudades costeras: vemos aquí varias en la calle de Balmes.


La otra especie de palmera muy introducida en nuestro país es la "canaria", menos alta, con más hojas y con un tronco más ancho. Aquí en el parque de Joan  Miró podemos comparar ambas palmeras: a la izquierda, la "canaria", a la derecha, la "datilera".


En ese parque de Joan Miró hay un bonito conjunto de "datileras", que vemos. Nada comparable, evidentemente, al "Palmeral" de Elche, donde hay más de medio millón de palmeras, probablemente la mayor plantación del mundo. Pero aquí están estas pocas:


Vemos más de cerca algunas de las más exteriores de ese grupo:









El esbelto y estrecho tronco de esas palmeras está recubierto por los restos de las viejas hojas caídas. Este es el tronco de la palmera del patio del "Ardiaca".






Estas palmeras han sufrido durante los últimos años el tremendo ataque del "picudo rojo". Plaga que ha asolado todas nuestras costas mediterráneas. En concreto, en la Diagonal de Barcelona ha habido una auténtica masacre de palmeras. El Ayuntamiento ha sustituido las afectadas por washingtonias, palmas resistentes a ese insecto.


Las hojas son "pinnadas", es decir, compuestas de muchas hojuelas que recuerdan las barbas de una pluma...


Son unas pocas hojas: mucho menores en número que las de la "canaria". De color "glauco" ó verde-azulado, no verde oscuro como las de la "canaria"

Las flores se ubican en inflorescencias situadas en una especie de "espadas" que surgen de entre las hojas.

Hay palmeras femeninas, con flores de color amarillo, y palmeras masculinas, con flores más pequeñas y de color crema. Esas flores femeninas son las responsables de esas originales manchas amarillas que abundan en nuestras palmeras.






Vemos ahora varios grupos de flores, quizás ya de incipientes frutos, más de cerca...

Y más de cerca todavía.
















Por último fotografiamos una de las "datileras" de la Diagonal de Barcelona que ha sobrevivido al "picudo rojo"











Teodor Llorente, el ilustre poeta de la Renaixença Valenciana se refiere a las palmeras en su bello poema "Vora el barranc dels Algadins" en que rememora recuerdos de su infancia. Dice en dos de sus estrofas:

Vora el barranc dels Algadins,
s’alcen al cel quatre palmeres;
el vent, batent ales lleugeres,
mou son plomall i els seus troncs fins.

En ells, milers de teuladins
fan un soroll que el cor encisa.
Qui oir pogués sa xiscladissa,
vora el barranc dels Algadins!

Clicando aqui podéis ver el resto de la poesía y la traducción, libre, al castellano