No se asocia con otros árboles de su especie formando bosques. Es muy típico verlo al borde de nuestros caminos rurales, con una estampa similar a la siguiente:
Hay que reconocer, no obstante, que lo que en esta fotografía parece un camino es en realidad la famosa "carretera de les aigües" de Collserola..., aunque, bien mirado, no deja de ser un camino.
Pero veamos ahora el más grande de los "litoneros" de estos contornos: el de "Palau-Solitar i Plegamans" del que nos informa un vecino de ese pueblo de original nombre:
Impresionante almez, desde luego. También es notable el almez de la calle de Manuel Girona, en Barcelona: tiene más de 100 años de vida, según cataloga el Ayuntamiento.
Se trata de un ejemplar muy próximo a los inmuebles que le hacen desmerecer un poco.
Ahora bien: ¡que agradable tomar un aperitivo a su sombra... en ese bar estrategica-mente situado!
A la izquierda, vemos el tronco del primer árbol fotografiado. Está situado en Barcelona, en la parte alta de Sant Gervasi.
Se trata de unos troncos rectos, lisos, de color gris, que se dividen en varias ramas, rectas tanbién y ascendentes.
La copa resulta redondeada y frondosa.
Las hojas, lanceoladas u ovaladas, de color verde oscuro en el haz y verde claro en el envés, miden entre 5 y 12 centímetros. Sus bordes son dentados.
Los frutos, en drupa de forma esférica, miden en torno a un centímetro. Al principio son verdes, pasan luego a amarillos y, por último, acabado el proceso de maduración a negros..., como vemos a continuación...
son comestibles. Los chicos, en el Alto Aragón al menos, los recogían a finales de septiembre, al término del veraneo escolar, para llevárselos en pequeños "saquetes" a su ciudad de origen para seguir comiéndo durante unas semanas los sabrosos "litones".
Y, tras esa historia de los "litones" no me resisto a transcribir una anecdota al respecto narrada en verso por mi abuelo. Aquí la tenéis:
"En una tarde de Otoño,
se dirigieron al campo,
con ánimo de coger
litones, unos muchachos.
Al llegar a la arboleda,
todos se desparramaron
a mirar bajo las ramas
los litones codiciados.
Y, el más pequeño de todos,
al ver debajo de un árbol,
a cuya sombra durmieron
los corderos de un rebaño,
esas bolitas, iguales
a litones en tamaño,
que los corderos expelen
cuando levantan el rabo;
después de comer algunas
con el mayor entusiasmo,
«no miréis más, compañeros,
-gritó a los otros muchachos-;
¡venid aquí, que hay litones
doble gordos y sin casco!»
Según creo el almez es el segundo árbol de Barcelona en número de ejemplares. Aquí tenemos otro, también catalogado por el Ayuntamiento, por su antigüedad. Está en el cruce de Caspe y Girona. Son copas densas que generan magnífica sombra.
Vemos de nuevo el gran "Celtis australis" de Palau-Solitar y Plegamans. Ahora en un día soleado, con cielo azul y blancas nubes:
Y éste es el tronco de ese magnífico lledoner.
Acabamos con el tronco y las ramas principales de otro gran litonero, situado en Can Figueras, cerca de Premiá en el maresme
Pero..., si os interesa, podéis ver aún algunos almeces de particular interés que hemos incorporado en una ampliación de esta entrada a la que podéis acceder