domingo, 15 de mayo de 2011

Al Ciprés de Silos. Gerardo Diego

Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi, señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.

2 comentarios:

  1. Precioso poema. Qué árbol tan místico...Lo visité en Santo Domingo de Silos. ¿Quién no lo ha visto aunque sea en una fotografía?

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    1. Efectivamente, Josu:
      Precioso poema, precioso árbol... y precioso monasterio.
      Un cordial saludo

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